lunes, 18 de marzo de 2013

HACIA EL NUEVO GOBIERNO MUNDIAL Y SU RELIGIÓN UNIVERSAL



LA ACCIÓN DE LA B’NAI B’RITH





Antecedentes históricos



Esta orden nace en una comunidad israelita de 25.000 almas, originarias de Alemania, Aus­tria y Provenza, agrupadas en el Lowen East Side de Nueva York, el 13 de octubre de 1843, fun­dada por una docena de hombres dirigidos por Henry Jones.

Los fundadores, quienes eran en su mayoría judíos alemanes, le dieron el título de “Bundes-Bruedes” (Liga de los Hermanos).

Rápidamente encontraron una denominación menos accesible a los oídos profanos: “The inde­pendent Order of B’nai B’rith” (La Orden inde­pendiente de los hijos de la Alianza).

Todos sus miembros eran afiliados a logias masónicas. El ritual de la Orden es una mezcla de los ritos de York y del americano de los Old Fellows.

Entre el 13 de octubre y el 12 de noviembre de 1843, fueron fundadas 12 logias, una de las cuales tuvo al masón Jones por fundador.

En 1882 se fundó la primera logia germánica. Los B’nai B’rith se hicieron muy populares en Alemania, a tal punto que, tres años después, lo­graron crear su primera gran logia.

En ese mismo 1885, la organización ya tenía conformadas 20 logias (con 2218 miembros) en los Estados Unidos de América. La Orden tam­bién se expandió por Austria, Rumania y Hun­gría, creando logias y grandes logias.

Después de la Primera Guerra Mundial, las logias palestinas obtuvieron su propio distrito, el Nº 14. La más antigua fue creada por el padre del hebreo moderno, Siegmund Bergel, en 1888 en Jerusalén. Actualmente hay más de 20 logias en Israel.

En 1882, dos israelitas de nacionalidad fran­cesa, F. y S. Vatiné, oriundos de Niza, fundaron una logia de idioma francés.

Según “Tribuna Judía” del año 1990, la Orden contaba ya en aquel entonces con 500.000 afilia­dos repartidos en 10 logias, con 1450 capítulos femeninos repartidos en 46 estados.

El fin de la Unión Soviética permitió que la B’nai B’rith creara o reactívase antiguas logias, a través de los nuevos estados libres. En 1989 se fundó la logia de Moscú.

El número 1108 aparecido en 1990 de la ante­riormente citada “Tribuna Judía” anunciaba la ex­pansión hacia Europa oriental: Maurice Honigbann instaló en Budapest la primera logia hún­gara de todos los tiempos.

En 1932 se creó la primera logia (la Nº 1151) en París, por el Dr. Sliosberg, de la logia de rito escocés, refugiado desde 1917. Esta logia sería luego dirigida por el masón Pierre-Jean Bloch, un agregado del gabinete particular del General De Gaulle, quien le confió la operación y liqui­dación de la prensa “colaboracionista”.

La logia Nº 1151 se difundió mucho, hasta el punto de hacer necesaria la creación de una unión de las asociaciones francesas B’nai B’rith. El Gran Maestre actual es Marc Aron, quien diri­ge la Comisión de Lucha contra el Antisemitis­mo.

Fue reelegido a la cabeza de los B’nai B’rith de Francia el 18 de marzo de 1990 en Marsella. Monseñor Coffry, Arzobispo de Marsella en aquellos momentos, participó como veedor en la reunión.



Misión y fines



Uno de los antiguos presidentes de la B’nai B’rith ha escrito:



“Los miembros de la B’nai B’rith están destinados a preservar nuestra preciosa herencia judía (...) el refuerzo de nuestros rangos a través del mundo dará más peso a nuestra voz”.



El historiador judío inglés Paul Goodman comprueba:



“Ese regionalismo de los judíos profundamente comprometidos con el Nuevo y el Antiguo Mundo (...) representa la fuerza más grande que se ha orga­nizado en los tiempos modernos para luchar por la formación de los intereses del judaísmo”.



A esta Orden se le subordinan todas las otras asociaciones judías visibles y ocultas, tales como:



• la Alianza Israelita Universal;

• el Consejo Mundial Judío;

• el Fondo Social Judío;

• el British Israel;

• la Alianza Francia-Israel;

• la Liga contra el Racismo y el Antisemitis­mo (LICRA), etc...



Los “Hijos de la Alianza” quieren ser, a la vez, la punta de lanza del pueblo judío y los po­derosos jefes de sección de las obediencias masó­nicas en la lucha contra la religión católica y en la creación y organización de diversos grupos que operen para la desaparición de la naciones y de los pueblos para llegar a instaurar un poder supremo mundial que se remita, finalmente, a sus manos.

Con esta interesante actividad, Israel, según expresa Elie Erbekin en su libro “Los judíos de hoy”, cumple “su misión histórica de redención de la libertad de los pueblos, de mesías colectivo de los de­rechos del hombre”.


F. D. Roosevelt


Presentados como los salvadores de la huma­nidad, como los libertadores del hombre, todos predestinados por Dios a tales tareas, el trabajo de los judíos miembros de la élite no puede ser acogido más que con gratitud por los goims (es decir, por los no judíos).

El católico, sin embargo, no olvida que su búsqueda del poder terrenal, aún cuando se la disfrace de filantropía, está marcada desde hace siglos con el sello del orgullo y del error.

En la espera de un Salvador, la aristocracia judía, con los B’nai B’rith a la cabeza, trabajan por tomar la dirección del mundo, establecer la nueva Jerusalén, destinada según ellos a elimi­nar a Roma, sede de su fundamental enemiga, la Iglesia, quien según el Talmud ha sido instaura­da por “el Nazareno que enseñaba una doctrina con­traria a las palabras del Dios vivo”.



Poder de la orden



Su influencia es considerable.



“Su influencia es tal que incita a los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos de América a presentarse delante de ellos antes de cada elección (...) Los B’nai B’rith están representados en el seno de la mayoría de las organizaciones internacionales tales como las Naciones Unidas y la U.N.E.S.C.O., y en cuanta organización no gubernamental haya (...) La Orden hasta tiene sus entradas en el Vaticano”. (publicado en “Tribuna Judía” del 23 de diciem­bre de 1985).



Su poder se refuerza por su relación con las diversas obediencias masónicas.

Desde 1874, los B’nai B’rith han celebrado con la alta masonería internacional un concorda­to de “reconocimiento mutuo”. El documento ha sido firmado por Armand Levy por parte de la Orden, y por Albert Pike por la francmasone­ría mundial (Albert Pike es el jefe supremo del Directorio Dogmático del rito escocés).



Filiales conocidas



Año 1913. Para protegerse contra los servi­cios de toda naturaleza, sus correligionarios resi­dentes en Europa Central y en Rusia crearon la “Anti Deformation League of B’nai B’rith” (ADL), la cual se transformó muy rápidamente en un medio de lucha contra la derecha america­na.


Jules Isaac


En 1980, la ADL abrió una oficina en París. Su tarea se vio facilitada por las leyes francesas, y así la organización pudo llevar hasta los tribu­nales a cualquier persona física o moral que juz­ga antisemita.

En 1923, y para proteger la pureza de la raza hebraica, la Orden creó la “Fundación Hillel” (Hillel era un rabio del primer siglo antes de Je­sucristo), y la “Organización de la Juventud de los B’nai B’rith”, que se reservó la educación de los jóvenes para preservarlos de la duda y/o la indiferencia religiosa.

Rechazando la asimilación por mestizaje, la que podría conducir al abandono de la religión judía, los B’nai B’rith organizaron encuentros de jóvenes judíos de ambos sexos, oriundos de di versos países europeos, para incitarlos a la endogamia y facilitarla.

Jóvenes venidos de África o Asia participaron también en tales reuniones.

La revista “Actualidad Judia” participa desde hace algunos años en la “Cruzada contra los matrimonios mixtos”, importante factor des­tructor del particularismo judío.



Ejemplos de intervenciones exitosas



1851-1853: modificación de un tratado helvético-americano en favor de los israelitas.

1867-1872: movilización de todos los Estados para la defensa de los judíos en Rumania.

1902-1917: intervención contra el zar con apo­yo estadounidense.

La derrota rusa ante Japón favoreció la acción subversiva de los B’nai B’rith, cuyo Gran Maes­tre Krauss se inmiscuyó en las negociaciones de paz.

Los banqueros judíos Jacob Schiff, Waiburg y Gugenheim, todos de la B'nai B'rith, dieron los fondos necesarios para el éxito de la revolución bolchevique y de la economía stalinista, con la ayuda eficaz del masón inglés Lord Miller y Sir George Budranan.

1919: el tratado de Versalles es, en gran parte, su obra.

1920-1938: el banco judío financia la llegada al poder del Adolf Hitler y la creación de la in­dustria alemana. Se organiza la emigración de los judíos hacia Palestina.

1940-1945: muy influyentes alrededor del presidente Roosevelt, los B’nai B’rith trabajan en hacer hincapié sobre los medios necesarios para “después de la victoria, hacerles rendir estricta cuen­ta a los nazis de sus crímenes”, olvidando a algu­nos de sus correligionarios muy importantes.

1964: Jules Isaac, fundador en 1948 de la “Amistad judeocristiana”, fue el cabecilla del asalto contra la enseñanza tradicional de la Igle­sia en Roma.



Juan XXIII

En el Vaticano II, el Papa Juan XXIII, favora­ble a las ideas de Jules Isaac, creó el Secretariado para la Unidad de los Cristianos. El Cardenal Bea, jesuita alemán, relacionado con el Gran Maestre de las logias venidas de Alemania y con el pastor Willen Viser’t Hooft, fundador del

“Consejo Ecuménico de las Iglesias”, se asegura su dirección con la ayuda de dos prelados judíos conversos.

En el comienzo de los años ’80, el escritor ju­dío Rabi declaró que el libro de Jules Isaac “Jesús e Israel” era “el arma de guerra más especifica contra una enseñanza cristiana particularmente nociva”...

El Cardenal Bea y los dirigentes de la B’nai B’rith mantuvieron numerosas entrevista en Nueva York. Finalmente, las organizaciones ju­días y progresistas obtuvieron una amplia ma­yoría de los Padres conciliares para, literalmen­te, “judaizar” a la Iglesia romana por el voto del 20 de noviembre de 1964.

1651 Padres estimaron que la versión de la Pasión según Jules Isaac es preferible a las de San Juan y San Mateo. El nuevo Papa Pablo VI rechazó tomar una decisión.

Gracias a la acción de los Padres fieles a la Tradición, Monseñores Carli y Lefebvre entre otros, el voto definitivo de octubre de 1965 ende­rezó un poco la situación.

Desde aquel tiempo, numerosos obispos se­ducidos participaron en reuniones de los B’nai B’rith.

1986: La Federación Europea del ADL inter­vino en la política interior francesa y obtuvo la firma de un acuerdo con los partidos liberados en contra del Frente Nacional.

1991: Se obtuvo la supresión del proceso de beatificación de Isabel la Católica. Las organiza­ciones judías intervinientes condenaban formal­mente la beatificación de una soberana que ha­bía expulsado de sus territorios a más de 1.500.000 judíos. El anuncio de la capitulación lo hizo el Cardenal Felici el 28 de marzo en Roma.


El Papa recibe a Moishe Smith, Presidente de la B'Naith B'Rith Internacional.

“Los B’nai B’rith son los Hijos de la Alianza, tes­timonian a la vez la perennidad de la Alianza de Dios con su pueblo Israel y de la vitalidad del judaísmo contemporáneo (...) Los comités judíos y cristianes para las relaciones interreligiosas se han reunido de nuevo en Praga (...) para decir que el cristianismo es incompatible con el antisemitismo y hacer seguir las consignas de la revisión de la catequesis católica des­de la Jerarquía hasta la base” (Dr. Aron, presidente de la sección francesa de la B’nai B’rith, en un discurso del 16 de noviembre de 1991, donde le agradecía al Cardenal Decourtray por su acción en el asunto Touvier).



Etienne Couvert, tomado de “Cahiers de la Société Agoustin Barruel”. Revista “Iesus Christus” nº47 septiembre-octubre de 1996.