sábado, 2 de febrero de 2013

MUCHAS GRACIAS PADRE JEAN MICHEL FAURE



Non Possumus


El Padre Jean Michel Faure, gran guerrero de la Fe, acaba de agregarse a las filas de la Resistencia. No quiero dejar pasar la ocasión para darle las gracias y remarcar la gran importancia que tiene este hecho para los fieles de Latinoamérica.

El Padre Faure fue de los primeros sacerdotes en ser ordenados por Monseñor Lefebvre. Era tanta la confianza que el Arzobispo le profesaba, que lo envió, como punta de lanza, a América Latina, específicamente a la Argentina, para comenzar la Obra de la Tradición; siendo designado el primer Superior de Distrito de América. El Padre llegó con sed de almas a la Argentina. Pronto se dieron cuenta de la necesidad de construir un Seminario para las vocaciones de habla hispana y durante dos años, buscó incansablemente para encontrar el terreno adecuado para este propósito. Trabajó en la construcción con la ayuda y consejos de Monseñor Lefebvre. En 1980 llegaron los primeros seminaristas y el Jueves Santo de 1981, el Padre Faure celebró la primera Misa en el nuevo Seminario.


Monseñor Lefebvre, en una visita a la Argentina en agosto de 1980, dijo en su sermón: “Construiremos un Seminario capaz de albergar a 120 seminaristas que vendrán de todos los países hispanoparlantes para continuar el sacerdocio católico, para mantener la Fe Católica en estas tierras”. Y esto fue logrado gracias a nuestro querido Padre Faure. Después de haber sido Superior de Distrito y Director del Seminario de la Reja, cumpliendo en Sudamérica su gran misión, el Padre Faure llegó a tierras mexicanas como Superior de Distrito. De un pequeño priorato en la ciudad de Zapotiltic, Jalisco, el Padre extendió el apostolado de la Tradición a muchas otras ciudades de México. Fue tan fructífero su apostolado que todos los mexicanos que tuvimos la gracia de conocerlo, sabemos que, cual verdadero Cristero, y como si fuera verdadero mexicano, luchó incansablemente por  la Fe en nuestro país.


Muy querido Padre Faure: Usted fue el gran Apóstol que nos trajo la Tradición a nuestra tierra. Le agradecemos a Dios Nuestro Señor y a Monseñor Lefebvre que nos enviaron a este gran Sacerdote para que emprendiera la gran obra de la conservación de la Fe en tierras Latinoamericanas. Y ahora la Divina Providencia nos otorga la gracia de contarlo en las filas de la Resistencia. Pocos como usted comprendieron verdaderamente a Monseñor Lefebvre y la razón de nuestro combate. El combate por la fe y el combate por el Reinado Social de Cristo. Al tenerlo en nuestras filas, estamos seguros que pronto muchos de sus hijos espirituales, tanto sacerdotes como laicos, seguirán su ejemplo. Que Dios le retribuya todo el trabajo que ha realizado por las almas y también ahora su adhesión a la Resistencia. Nosotros sus hijos le pedimos a Nuestro Señor y a María Inmaculada de Guadalupe que lo asistan en esta gran batalla que apenas comienza.

Quisiera dedicarle a usted estas palabras del Santo Cura de Ars:

Un buen pastor, un pastor según el corazón de Dios, es el más grande tesoro que el buen Dios pueda conceder a una parroquia y uno de los dones más preciosos de la misericordia divina.