martes, 5 de febrero de 2013

DE TONTOS Y PROFECÍAS CONMINATORIAS





Sin dudas tenemos que usar la palabra “tonto” para referirnos a uno de estos “bloggeros” que han salido a atacarnos muy tontamente.
Y decimos que usamos esa palabra – por chocante que pueda resultar- porque la persona que intenta afrentarnos desde un blog llamado “Hacia la verdadera Cristiandad” suele usar esa palabra y calificar de “tonto y retonto” a muchos, sin darse cuenta de lo que hace. Por eso conviene aplicarle de la misma medicina que suele usar. ¿Y por qué?
Porque no se da cuenta que, habiendo inventado su espacio para dar la contra a la famosa “Radio Cristiandad” –de ahí el nombre de su blog- termina usando los mismos métodos, confirmando lo que suele decir Mons. Williamson, esto es, que los liberales y los sedevacantistas no están tan lejos como creen.
¿De qué método o proceder se habla aquí? Muy fácil: de atribuir mala voluntad a todo aquel que piensa diferente o que resulta crítico de aquello a lo que aquel ha adherido. En esto –y no es la primera vez que puede aplicársele- coincide plenamente con sus tan “odiados” enemigos de la “discordia”. De allí que hable sobre una entrada nuestra de “mala entraña”, o calificarnos insultantemente como “desertores”. El que no está pronto para argüir, lo está para difamar.
Trataremos de que entienda algo, ayudados con la palabra del Padre Castellani: “Cristo respondió muchas veces irónicamente. La ironía es estilo indirecto; y además es estilo pregnante, que está preñado de sentido y dice varias cosas a la vez y en forma más eficaz que el estilo directo. (…) Pero el amor herido produce celo, el celo produce indignación y la indignación produce estilo indirecto, ironía. Y así Cristo, en vez de responder larga y directamente, respondió breve e incisivamente: “Hablo así para que se cumpla lo que dijo Iéyada el Profeta: para que viendo no veáis –porque vosotros os dáis de muy videntes y sois ciegos- y oyendo no oigáis; porque este pueblo me tiene mucho en la boca y poco en el corazón; y de ese modo no entiendan, y yo no los sane, y tropiecen y se pierdan…Para eso hablo en parábolas”.
“Esto se llama una profecía conminatoria, esas profecías que se hacen para que no se cumplan; y cuanto más atroces, son más piadosas; como cuando uno le dice a su hijo: “Vos vas a acabar en la cárcel”·. Prever lo que va a pasar no siempre es desearlo; y decirlo de antemano con gran fuerza a fin de ponerle óbices, eso es amor y no es odio. Así pasó en Nínive con el Profeta Jonás”.
(El Evangelio de Jesucristo, “Domingo de Sexagésima”)
De tal manera que ahora tenemos que explicarle a nuestro detractor la viñeta que ha provocado su sofocón: así como a partir de las herejías y la claudicación del Vaticano II, la Iglesia ha ido perdiendo de año en año más fieles –los cuales han huido a diversas sectas amparadas en la “libertad religiosa” querida por el Concilio, pero ese es otro tema-, así también si la Fraternidad se empeña en dejarse ganar por las ideas y métodos liberales de sus conductores, a las mismas causas vendrán los mismos efectos, como de hecho ya está ocurriendo ahora, en que un obispo y muchos sacerdotes, y además muchos fieles se han ido o han sido expulsados, habiendo además muchísimos fieles de la Fraternidad molestos o disconformes con el actual estado de situación que las autoridades se niegan a ver o admitir.
De dónde se agarra el susodicho fan de la Fraternidad para encontrar mala voluntad en nuestra entrada comentada, o en el resto de nuestro blog, es imposible de decir. Más bien parece provenir de que, aquel que sólo quiere escuchar las cosas como son de su gusto, se altera y se despacha contra el que pueda cuestionar sus más íntimas expectativas.
En todo caso, deseamos aprovechar este espacio para aclarar lo siguiente:
DESERTOR es aquel que abandona el buen combate por la Fe y la Verdad que nos enseñó entre otros Monseñor Lefebvre, para pretender acordar con el enemigo, al que sin fundamento se llama “restaurador” o “amigo”, siendo que éste tiene principios opuestos a los de la Tradición. Pactar con el enemigo es bobería o traición. En ambos casos, deserción.
DESERCIÓN es abandonar el deber de informar la verdad, así ésta contraríe las propias simpatías personales o pueda defraudar a las autoridades. Deserción es convertirse en el Szpolski o Sokolowicz de Monseñor Fellay (esto desde un blogcito, claro está), para, como aquellos ante el gobierno kirchnerista, escribirle a los Superiores sólo las buenas noticias y ocultarle las malas o dudosas, atacando en cambio a todo el que no comulgue con la propia facción. Por eso desde ese espacio no se dice nada sobre tantísimas cosas malas o contradictorias o por lo menos llamativas que pasan, algunas muy significativas como la famosa casulla del neo sacerdote Lundi o, como acabamos de enterarnos, que esté en venta en la librería del Priorato de Buenos Aires de la Fraternidad un libro del Cardenal Ratzinger, que como sabemos no ha dejado nunca de enseñar herejías (alguno podrá decir que tal vez ese libro tenga cosas buenas, pero su lenguaje en sí sabemos que está resabiado de modernismo, es un lenguaje que San Pío X condenó en la Pascendi).
El blog que mencionamos omite las verdades inconvenientes al partido liberal de la Fraternidad. Si, como dice, quiere y defiende a la Fraternidad, ¿no tendría que advertir de todo lo malo que ocurre para que las autoridades tomen cartas en el asunto a fin de solucionar los inconvenientes? Pero eso es olvidar lo que dijimos al principio, y no puede pedírsele a los liberales que no sean contradictorios o ambivalentes.
Por el contrario, como nosotros amamos de veras a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, y la reconocemos por todo lo que nos ha dado, nos duele que ya no camine con firmeza por el camino de la Verdad, y como la Fraternidad es un medio y no un fin en sí mismo (como parece serlo para esos blogs liberales), entonces damos la voz de alarma porque no queremos apartarnos de la Verdad. Para que, "quien tenga oídos para oír, que oiga".
En cambio, como dice el Padre de la Cloriviere, “los que siguen ciegamente a los guías ciegos, caen junto con ellos. Cuando alguna autoridad abraza o defiende cosas que tienen la huella del mal o de la mentira, sucede que el ejemplo de la mayoría, el temor a ser señalado, todo lleva a hacerse ilusiones. Comienzan por dudar, lo que parecía una verdad cierta ahora parece problemática y se termina por adoptar lo que al principio daba horror”.
Para mantener esas ilusiones existen blogs como el que ocupa nuestro comentario. Nosotros, por nuestra parte, no nos hacemos ilusiones ni con ser entendidos ni con respecto a la futura sanidad del mismo. El liberal es renuente…tal vez hasta que la Realidad toma su ilusión y la deja hecha pedazos.