sábado, 24 de noviembre de 2012

"UN SOÑADOR"


  

Cartel que se exhibe en las oficinas de la Comisión Europea de Bruselas. 



 Estrella masónica que incluye a "todos". Parece que hay más judíos y comunistas
 (es decir judíos), en ese "todos".


“Lo que está pasando es una enorme apostasía. El mundo se está alejando de Dios. Esto es el gobierno mundial, un gobierno mundial sin Dios. Eso es la globalización, y el Vaticano II es la Iglesia poniéndose en sintonía con la globalización. Eso es todo. Así que la política de la globalización se relaciona con la religión de la globalización, y los eclesiásticos dentro de la Iglesia, que quieren que la Iglesia vaya con el mundo, corresponden a los políticos que quieren  que la Iglesia cambie para que pueda ir con su nuevo mundo”.

Mons. Williamson, Conferencia en Bristol Nº 5.



Benedicto XVI aplaudido en la sede de las Naciones Unidas.


Preguntas del sentido común:

¿De verdad cree Monseñor Fellay que dialogando con los herejes, masones, liberales, anticristos (calificación textual de Mons. Lefebvre) de Roma, va a convertirlos y evitar que la Iglesia conciliar sea parte del Nuevo Orden Mundial?

¿En serio piensa que el Papa va a repudiar a sus poderosos amigos judíos, sólo porque algunos tradicionalistas hagan algunas críticas (suaves) al Concilio Vaticano II?

¿Acaso cree que la gran conspiración que forjó este Concilio diabólico desde por lo menos 200 años atrás con la penetración liberal (ver “Lo destronaron”, de Mons. Lefebvre o “Atanasio”, de Mons. Graber) podrá desarmarse desde dentro de las mismas estructuras de poder que lo sostienen al ser “reconocidos” los tradicionalistas por los modernistas?

¿Cree que la Iglesia “ocupada” (título del libro de Jacques Ploncard D’Assac recomendado por Mons. Lefebvre; “ciudad ocupada por el enemigo” llama a la Iglesia Mons. Tissier de Mallerais en su biografía de Mons. Lefebvre, pág. 597) va a desocuparse de los enemigos sólo por una cuestión biológica, al ser reemplazada la generación del Concilio por unos “jóvenes tradicionalistas”? ¿Y cree que estos ancianos no han preparado sus relevos?

¿Cree que los globalizadores dan puntada sin hilo, y van a dejar que los que sostienen los resortes del poder romano lo dejen en manos de sus enemigos por obra de la diplomacia acuerdista?

¿Piensa que allí donde Mons. Lefebvre dijo “no”, él debe decir “sí”, y con ello lograr que la Fraternidad San Pío X sobreviva tal como fue creada?

¿Cree que con discursos suaves, conversaciones amables y lenguaje diplomático, va a parar esto?

Dijo el Padre Castellani: “cuando en la Iglesia ha salido un ramo de fariseísmo, Dios lo ha curado, pero alguien lo ha pagado con su sangre, desde Cristo hasta Juana de Arco, y hasta nuestros días”. ¿Piensa Monseñor Fellay en esto, y prepara a los fieles para ello, o más bien el que repugna al fariseísmo es Monseñor Williamson, y por eso fue execrado, como antes fue excomulgado Mons. Lefebvre o expulsado Castellani de los jesuitas?

¿Cree que frente a la confusión reinante y al indiferentismo religioso, debe pedir ser tolerado por la masonería romana, y no ser rechazado de la peor manera por afirmar sin ambigüedades la verdad católica?

¿Quién y cómo detuvo la furiosa tempestad del mar, cuando Pedro y los Apóstoles desesperados hacían agua (Mt. 8, 23)? Fue Nuestro Señor.

Allí donde los hombres ya no podían sino simplemente resistir los embates terribles de una fuerza que los sobrepasaba y que estaba a punto de acabar con todo, allí fue donde intervino Nuestro Señor; y fue allí donde llamó cobardes a los Apóstoles. ¿Por no hacer nada? No, por desesperar y no esperar en Él. Por esperar que los medios humanos resolvieran lo que sólo Dios iba a resolver a su debido tiempo.  

Sólo Nuestro Señor es capaz de frenar esto, sólo El ha de volver a dar la calma al mar. Y sólo El sabe cuándo esto ha de ser.

Pero el cristiano incapaz de soportar la derrota en este mundo, aquel que vive en el plano ético y no en el religioso, aquel sentimental que sueña con una victoria que lo tranquilice, ante la perspectiva de la persecución, o que desea permanecer en la comodidad de descansar su cabeza confiando a ciegas en sus Superiores sin tener que velar sobre el estado de su religión, ese vendrá a nosotros con la queja acostumbrada, a modo de pregunta: “¿Entonces hay que quedarse cruzados de brazos?”

Nuestra respuesta es que debemos hacer todo lo posible para que el barco no se hunda. El problema aquí es que en este caso Pedro (Benedicto) tal vez creyendo salvar el barco, no hace sino más agujeros en su casco para hundirlo, y conduce el timón desorientado hacia el frente de tormenta, haciendo caso omiso de aquellos que desde hace mucho tiempo (los tradicionalistas) le indican lo que debe hacer para evitar el desastre.

Entonces, como dijo Nuestro Señor a los Apóstoles, señalándoles a los fariseos:
Dejadlos: ciegos son y guías de ciegos; y si un ciego se mete a guiar a otro ciego, entrambos caen en la hoya” (Mt. 15, 12-14).

Para empeorar la situación, el Capitán ha subido al barco a todos aquellos que se afanan por conducirlo al naufragio.

En ese caso, no puede uno colocarse bajo el mando de aquellos que están hundiendo el barco, porque todas sus ordenanzas serán erróneas. Sólo queda tomar las medidas tendientes a evitar la mayor cantidad de víctimas posibles, no dejando que aquellos que conducen la nave lo impidan. Y rezar, luchar y esperar confiadamente el tiempo en que Nuestro Señor decida acabar de golpe con la atroz tormenta bajo la cual han de perecer sus enemigos.

Debemos ser fieles a la verdad. No cerrar los ojos a la realidad. No cesar de luchar.

Lejos de todo “titanismo”, de todo optimismo infundado o fantasía absurda, dejemos a Dios hacer el papel de Dios, y nosotros, como siervos inútiles que somos, demos testimonio de Él, de la Verdad, con caridad ante el pecador e intolerancia ante el error.

Dios no nos pide que venzamos, sino que no nos dejemos vencer” decía el Padre Castellani.  A nosotros nos toca luchar, al Señor la victoria, como decía Santa Juana de Arco, cuya victoria se sostuvo en su ineludible pasión y muerte.

No, nada de cruzarse de brazos, pero nada de moverlos a tontas y a locas. Nuestro Señor en su Pasión, afrontó la tempestad padeciendo; y no cruzó los brazos, sino que con ellos tomó la cruz, y luego los abrió para ser clavado en ella.

No se vence al Fariseísmo dialogando.  No se lo vence con dialéctica. Se lo vence proclamando verdades y soportando luego mansamente las consecuencias de ello. Haciendo de la Verdad un Sacrificio.

Entonces, cuando nadie lo espera, cuando todo parece perdido, cuando el error y el mal parecen dominarlo todo y dominar a todos, Dios lo manda, y las aguas agitadas contra el barco se calman, y la tormenta se deshace. Y el agua de muerte debe soportar ser horadada por la barca de Pedro, que ha vuelto a ser testigo de la Verdad inmutable, piedra de Cristo invencible, hijo de María la vencedora de todas las herejías y todos los males.



John Lennon en la imagen difundida en los últimos Juegos Olímpicos de Londres. Su canción “Imagina” fue representativa del ideario masónico que a través de una elaborada simbología se desplegó en las ceremonias de estas Olimpíadas: un mundo sin fronteras, sin religión, nada por qué vivir o matar. La "paz" del Anticristo. 


Imagine

Letra por John Lennon

Imagine there's no heaven
It's easy if you try
No hell below us
Above us only sky
Imagine all the people
Living for today...
Imagine there's no countries
It isn't hard to do
Nothing to kill or die for
And no religion too
Imagine all the people
Living life in peace...

You may say I'm a dreamer
But I'm not the only one
I hope someday you'll join us
And the world will be as one
I hope someday you'll join us
And the world will be as one

Nos han acercado una traducción que no le disgustaría a Maximilian Krah, el influyente asesor de Monseñor Fellay.

Imagina que no existe el celo
es fácil si lo intentas
sin el Integrismo debajo nuestro
arriba nuestro, solo el solideo
Imagina a todos los fieles
viviendo el hoy...

Imagina que no hay modernistas
no es difícil de hacer
nadie contra quien luchar o morir
ni tampoco intolerante religión
imagina a todos los fieles
viviendo con Roma en paz...

Puedes decir que soy un soñador
pero no soy el único
espero que algún día te unas a nosotros
y vivirás la comunión plena con Roma.
Espero que algún día te unas a nosotros
y vivirás la comunión plena con Roma.